MASTER SYSTEM, LA MEJOR CONSOLA DE 8 BITS

Cuando la Master System vio la luz en 1.986, tuvo que toparse con dos problemas que le planteó Nintendo, por una parte la Nes tenía saturado el mercado norteamericano, por lo que la Master System nunca tuvo una gran trascendencia para los yanquis y por otra es que muchas productoras de videojuegos tenían firmado en sus contratos con Nintendo que trabajarían en exclusiva para esa compañía y no para otra, lo cual dificultó los comienzos de la Master.

De todas maneras, Sega se apretó los machos y se encargó ella misma de la realización de gran parte de los juegos que para esta consola salieron al mercado, muy superior técnicamente hablando a su rival, puesto que la paleta de colores de la Nes se quedaba en los 4.096 colores mientras que la de la Master System alcanzaba los 8.192 colores, es decir, el doble.

En sonido la ventaja no era tan clara, aunque para mi el de la Master System siempre fue superior.

Poco después, Sega decidió reducir costes de producción y sacó al mercado la Master System 2 (la mía) que era igual que la primera pero más pequeña y sin entrada para tarjetas, por lo que a Sega no le salía tan cara su fabricación.

El problema llegó en 1.989, cuando la compañía decidió lanzar la Megadrive al mercado, dos años antes de que Nintendo lanzara el "Cerebro de la Bestia", porque la Master System no consechaba los éxitos esperados.

Para mí, estamos ante la mejor consola de 8 bits que nunca existió, aunque en catálogo de juegos rivaliza con la Nes, lo suficiente para no poder decantarme por uno, puesto que en ambos hay títulos emblemáticos.

Artículo por "Sega Style".

Buen comentario compañero; Master System también fue mi primera consola, la primera de muchas otras que le seguirían, y durante años disfruté enormemente de ella.

Quién no recuerda el Sonic 1 y 2, Shinobi, Alex Kidd, Asterix, Castle of Illusion, Rastan y tantos otros.

Mención especial para el mítico Wonder Boy III: Dragon's Trap, a mi juicio, el mejor juego de 8 bits disponible para cualquier formato. Y eso que hay verdaderas obras maestras de la programación tanto en consolas como ordenadores.