Hironobu Sakaguchi es un personaje de sobra conocido por millones de aficionados a los videojuegos.
No en vano, entre sus logros se encuentra la creación de una de las sagas más prestigiosas del panorama internacional, Final Fantasy, que con su primera entrega fue capaz de salvar a la consagrada empresa desarrolladora Squaresoft de la quiebra, cosechando numerosos éxitos desde entonces.
Sin embargo, muy al contrario de lo que sucedió con otras galardonadas creaciones, su intento por establecer un estudio de cine digital se saldó con un rotundo fracaso.
Square Pictures, nombre con el que se dio conocer ante la sociedad, sorprendió al público con unas técnicas de animación muy adelantadas a su tiempo, usando actores generados por ordenador que nada tenían que envidiar a los personajes reales, pues tal era la calidad conseguida que incluso llegaban a imitar las imperfecciones de la piel.
Tratándose del célebre desarrollador, no era de extrañar que su primer largometraje estuviera basado en una nueva entrega de Final Fantasy, que en contra de lo esperado, no agradó a los espectadores, pues su enmarañado argumento resultaba complejo en exceso, ni siquiera a los fans incondicionales de la saga, que vieron como cualquier posible referencia al videojuego sería una mera casualidad, ya que aquí no tenían cabida alguna las magias o invocaciones, ni fueron representados los chocobos, por citar tan solo algunos ejemplos claros.
De esta forma se dio a conocer Final Fantasy La Fuerza Interior, allá por el año 2.001, que pese a su loable realización técnica no supo convencer a los espectadores, algo especialmente notorio si nos referimos a los usuarios occidentales, que encontraron un guión carente de interés, reflejado en un argumento parco en detalles.
Después de obtener pérdidas millonarias en todo el mundo y conseguir unas críticas poco halagüeñas, que en el mejor de los casos no pasaban de considerarla como entretenida, la compañía decidió no volver a sacar ningún otro largometraje para ser estrenado en cines.
No obstante, no todo fue negativo, pues al menos pudieron servirse de los conocimientos y experiencia adquirida para la creación de nuevos juegos.
No en vano, entre sus logros se encuentra la creación de una de las sagas más prestigiosas del panorama internacional, Final Fantasy, que con su primera entrega fue capaz de salvar a la consagrada empresa desarrolladora Squaresoft de la quiebra, cosechando numerosos éxitos desde entonces.
Sin embargo, muy al contrario de lo que sucedió con otras galardonadas creaciones, su intento por establecer un estudio de cine digital se saldó con un rotundo fracaso.
Square Pictures, nombre con el que se dio conocer ante la sociedad, sorprendió al público con unas técnicas de animación muy adelantadas a su tiempo, usando actores generados por ordenador que nada tenían que envidiar a los personajes reales, pues tal era la calidad conseguida que incluso llegaban a imitar las imperfecciones de la piel.
Tratándose del célebre desarrollador, no era de extrañar que su primer largometraje estuviera basado en una nueva entrega de Final Fantasy, que en contra de lo esperado, no agradó a los espectadores, pues su enmarañado argumento resultaba complejo en exceso, ni siquiera a los fans incondicionales de la saga, que vieron como cualquier posible referencia al videojuego sería una mera casualidad, ya que aquí no tenían cabida alguna las magias o invocaciones, ni fueron representados los chocobos, por citar tan solo algunos ejemplos claros.
De esta forma se dio a conocer Final Fantasy La Fuerza Interior, allá por el año 2.001, que pese a su loable realización técnica no supo convencer a los espectadores, algo especialmente notorio si nos referimos a los usuarios occidentales, que encontraron un guión carente de interés, reflejado en un argumento parco en detalles.
Después de obtener pérdidas millonarias en todo el mundo y conseguir unas críticas poco halagüeñas, que en el mejor de los casos no pasaban de considerarla como entretenida, la compañía decidió no volver a sacar ningún otro largometraje para ser estrenado en cines.
No obstante, no todo fue negativo, pues al menos pudieron servirse de los conocimientos y experiencia adquirida para la creación de nuevos juegos.
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