lunes, 15 de febrero de 2010

SHENMUE II


Uno de los mejores juegos de la pasada generación de consolas, considerado como una obra de culto y aclamado por crítica y público, aunque eso no se tradujera en unas buenas ventas tristemente, tuvo su continuación directa en la añorada Dreamcast en el año 2.001, y pasados un par de años los usuarios también pudieron disfrutar de una versión en XBOX que aportaba escasas novedades con respecto a la original, si no tenemos presente el DVD que acompañaba al título donde se narraban los hechos acontecidos en la primera entrega, pero que seguía manteniendo intacto todo el carisma intrínseco de aquella.

Como era de esperar, Shenmue II da comienzo justo donde lo dejó la primera aventura exclusiva de la 128 bits de SEGA, con el carismático Ryo Hazuki inmerso en un apasionante periplo que le llevará a abandonar su ciudad natal siguiendo los pasos de Lan Di, un misterioso individuo que no dudó en asesinar a su padre en el pasado.

Así que, sin más medios que los que él mismo pueda proveerse, tendrá que internarse en una ciudad que le es completamente desconocida, donde las necesidades le obligarán a garantizarse un sustento, conversar con cientos de personajes, buscar un alojamiento donde resguardarse, conseguir un trabajo que le permita disponer de una economía con la que hacer frente a sus gastos, y llegado el caso, defenderse como si de un juego de lucha se tratara.

La libertad de acción es sobrecogedora, tanto es así que las tareas disponibles parecen superar en cierta medida a las capacidades del usuario, que podrá llevar a cabo actividades tan variadas e interesantes como coleccionar todo tipo de objetos, jugar en diversas máquinas arcade, hechar pulsos, aprovisionarse de comida o bebidas, y un larguísimo etcétera.

Los elementos de exploración se complementan con un desarrollo de los combates al más puro estilo Virtua Fighter, considerado como el juego de lucha más técnico, lo que ya da una buena muestra del mimo con el que se ha tratado al programa, e incluso en ocasiones os veréis forzados a superar tensas secuencias de Quick Time Events, consiguiendo una variedad de situaciones fuera de toda duda, eclipsada tan solo por su brillante apartado técnico, sobresaliente a todos los efectos; tanto es así que ningun título como este, obviando la primera entrega de la franquicia, conseguía acercarse de una forma tan magistral a la realidad.

Precisamente en este componente radica una de las mayores bazas del programa, más allá de sus elaborados gráficos, su magistral trama perfectamente hilvanada o un sistema de juego cuya resolución y ejecución se tornan una verdadera delicia.

Estos elementos bastarían para recomendar encarecidamente el programa a todo tipo de usuarios y, sin embargo, es preciso hacer una breve aclaración al respecto, pues con toda probabilidad Shenmue II, al igual que sucedía con el título original, defraudará a aquellos que busquen un juego de acción directa sin mayores pretensiones, pues la naturaleza de la aventura dicta que será preciso respetar un hilo temporal más o menos lógico, por lo que el jugador se verá forzado a cumplir determinados horarios, resguardarse del frío, descansar, trabajar, y una mulitud de tareas cotidianas que aborrecerán a aquellos que centren su interés en el desarrollo de la acción y los múltiples enfrentamientos, que también los hay.

Real como la vida misma.

De hecho, no sería aventurado decir que esta es a vida de un individuo hecha videojuego, pues de la mano de Ryo compartiremos sus propias vivencias, inquietudes, sufrimientos, pero también aquellas pequeñas victorias que endulzan esa sensación de triunfo, y traen consigo la anhelada sensación de paz y sosiego.

No sería posible acabar este comentario sin enfatizar el despliegue audiovisual que supone este Shenmue II, un verdadero deleite para los sentidos, pues aun en la versión de XBOX se cuenta entre los mejores juegos disponibles para la plataforma, y uno de los que mejor explotaron sus capacidades por añadidura.

Ni que decir tiene que en Dreamcast pocos juegos podían hacerle sombra.

A todos estos detalles es preciso añadirle esos pequeños toques de genialidad que separan a los juegos sobresalientes de las obras maestras imperecederas, entre las que se desenvuelve con soltura el título que nos ocupa, pues sus incontables virtudes, entre las que despunta una muy conseguida sensación de plena libertad, así lo ratifican.

Un pequeño detalle no obstante consigue dilapidar en cierto modo al desarrollo, al encontrarse de forma íntegra en inglés, algo a lo que los usuarios habituales de otros géneros ya estamos sobradamente acostumbrados, aunque dada la importancia de los diálogos en el avance de la trama puede suponer un serio conveniente de cara a algunos jugadores.

Tenedlo bien presente.

Por todo lo demás, Shenmue II es un título que no debería faltar e vuestra colección, un juego que por si mismo justifica la adquisición de una Dreamcast o una XBOX, e invita a profesarle aun más devoción al medio.

Un título, en definitiva, que ya pertenece a la historia de los videojuegos, y a los jugadores, cuyo recuerdo perdurará en el tiempo y en los corazones de todos aquellos cuantos hayan tenido la ocasión de disfrutar de las sensaciones que nos brinda.

Muy pocos juegos pueden presumir de tan altas aspiraciones.

Ninguno otro como Shenmue II, obviando el primer Shenmue naturalmente.

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