lunes, 7 de febrero de 2011

DRAGON BALL Z, POR ISCARIAH


Recuerdo aquellos días en los que este videojuego era comentado en profundidad por las revistas especializadas, tras una buena temporada de pantallas borrosas, especulaciones y rumores disparatados sobre sus características.
Todo apuntaba a que sería el gran bombazo.
Primero se especuló con el tipo de juego que sería, si habria RPG y lucha como en anteriores entregas japonesas o si se centraría en la lucha.
Pronto se dejó claro que sería un 1 contra 1.
Después se rumoreó que si cuántos personajes iba a tener, cuántos jugadores simultáneos, cuántos personajes secretos, y tal y cual.
Un auténtico descontrol.
Y es que era la primera vez que Goku pisaba los 16 bits por estos lares... en realidad la primera vez que pisaba cualquier plataforma, pues el super guerrero pasó casi desapercibido por los 8 bits de Nintendo, ya que sólo llegó en forma de cartuchos importados (o al menos que yo sepa) y con una calidad más bien mediocre.
Al principio, cuando por fin en la pandilla nos hicimos con el juego para Super Nintendo por la "módica" cantidad de 12.000 pesetas de los años noventa, todo era emoción; teníamos a Goku y compañía en el cerebro de la bestia.
Poníamos a todo volumen el televisor para oír bien alto el "KameHameHa", el "Makanko" y demás ataques especiales y vibrábamos como locos mientras nos turnábamos en los combates.
Y es que el juego enganchaba al principio.
Nos dábamos cuenta que los gráficos eran bastante pobres, sobre todo después de jugar durante un tiempo a Street Fighter 2 en la misma consola.
Pero los personajes de Dragon Ball tenían más peso que los gráficos.
La pantalla partida para permitir a los rivales alejarse en el mapa también ayudó a la adicción que creaba.
Pero pronto nos dimos cuenta de que este título se estaba aprovechando demasiado del tirón de sus personajes y su historia.
El modo historia se hacía demasiado corto una vez dominabas el asunto y el modo torneo perdía toda su gracia cuando los colegas se iban a sus casas.
La rapidez de movimientos de los personajes era mediocre cuando la comparábamos mentalmente con los de la serie de animación, por no decir la espectacularidad de los ataques de energía tan clásicos... pequeños, lentos y todos iguales.
Y es que no lo sabíamos, pero aún tardaría muy mucho en llegar un juego que le hiciera justicia a la serie de Toriyama, más concretamente sería en PlayStation 2 con la saga Budokai y Budokai Tenkaichi, muchos años más tarde.
(Se dice que un gran juego de Dragon Ball fue el lanzado para Saturn, pero yo no he podido probarlo para hablar de él).
Hoy por hoy, volviendo a jugar a este juego en un emulador (por desgracia ya no tengo mi SNES) sólo queda la nostalgia de aquellos años en los que lo jugábamos con tanta ilusión y el ansia con la que no paramos hasta conseguir tenerlo en las manos.
Como juego en sí... la verdad es que es técnicamente demasiado mediocre como para recordarlo como un gran clásico de la consola.
Aún así, si sois de los que colecionais juegos de todas las consolas, no estaría mal que intentarais conseguirlo, sobre todo si sois fans de la serie...

NOTA DE O.S.G.

Doy fé de ello, el Dragon Ball Z: Shin Butōden para Saturn es una auténtica maravilla.
A mi parecer, el mejor título de Goku y compañía que ha sido lanzado hasta la fecha.
Te agradezco tu participación Iscariah.

1 comentario:

Old School Generation dijo...

Recordad dejarme vuestros links, para que pueda poner un enlace a vuestras respectivas páginas.
Una vez más, gracias por tu aporte Iscariah, he disfrutado mucho leyendo tu experiencia particular, que bien podría ser la mia propia.